jueves, 12 de abril de 2007

Y al intercambiar las alianzas de oro, me quede con tu nombre en el anular izquierdo, y lo hago girar como si estuviera trepada a la calesita. Ya ves, yo no encuentro caminos para acercarme. Me di por vencida. Todavìa cierro los ojos y siento tu perfume.

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