domingo, 18 de marzo de 2007

Do we need distance to get close?


Intentamos separarnos. Muchas veces, por cierto. Mañana lunes, tres semanas. No me atrevo a decir que lo logramos, pero de que es un record, no hay duda.
El vacìo en el pecho que sentì cuando te fuiste aquella vez de la casa de pou, esa noche fue la muerte en vida. Jamàs me habìa molestado asì el pecho, ninguna puntada se le asemeja. Si tratara de explicarlo, jamàs lo entenderìas, una mezcla de nauseas, bronca, dolor, llanto, frustaciòn. Te llorè hasta quedarme sin fuerzas, gritè desconsolada pidiendo explicaciones. Ganas de no despertarme la mañana siguiente. sencillamente, eso. Como si no fuese a volver a verte. Què iba yo a saber que a los dìas volverìamos a la rutina de descansar juntos?
Dos años antes me habìa separado de alguien de quièn no querìa separarme, y pou siempre dijo que si sobrevivì a eso, todos pueden. Y es cierto. Pero ese vacìo jamàs lo sentì, ese llanto contìnuo ya sin fuerzas ni ganas. Y dormir, o intentarlo, sola. En medio de la oscuridad del ph ajeno. Y vos te quedaste en la puerta, sentado en el asiento de tu auto esperando. Porque sè que estuviste unos minutos ahì, aunque no te haya visto, aunque no quiera ni preguntarlo. Y al mediodìa siguiente te llamè para saber còmo estabas, y estabas, y se me quebraba la voz. Pero no te diste cuenta, porque disimulo bien.
Y ahora de nuevo, separados, mañana tres semanas y gestàndose los meses. Yo, mientras tanto, cada vez irè sientiendo menos y recordando màs. Y nos volveremos a cruzar y pensaremos en còmo serìa ahora. Pero no pensemos demasiado, que la ùltima vez que te hice la pregunta, aceptaste.

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